Solo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser.
AL ARRULLO DEL MAR
Los cuentos del poeta y la niña
"Un cuento sobre el amor prohibido"
"Niña, estás junto a mí, y en tus ojos, el temor y el desconsuelo apagan la lumbre misteriosa
del amor. ¿ Qué tienes niña? ¿ Acaso el sol que dora tu piel no enciende el fuego de tu
corazón? ¿ O es que, una oscura lágrima de pedernal vela tu luz y cubre con un sudario tus
esperanzas? ¿ Qué tienes, niña? Estás triste que ya tu sonrisa de perlas es coral en la
playa dormido."
El mar entona su canción rumorosa de versos y espumas, la niña reclina su cabeza sobre el
hombro del poeta y musitando su pesar, sigue con su mirada de noches el dulce revolotear de
una gaviota.
"Estoy triste, poeta, porque junto al mar nació un amor prohibido, que tenía sabor a sal y
a ángel caído. Estoy triste, poeta, porque su único pecado es haber nacido. Y no comprendo,
poeta, porque si el mar es libre de besar todas las playas, yo tengo por castigo matar
ilusiones y enterrar esperanzas que aún no han nacido. No entiendo poeta, porqué el sol
puede acariciar cada curva voluptuosa del mar y cabalgar sobre sus olas sin que nadie se
oponga o lo prohiba. El amor, es también puro, poeta, dulce como almíbar, es ardiente como
el sol, y sin embargo es tan amargo como hiel, es tan frío como un témpano. No lo entiendo,
poeta, tu me enseñaste cuál era la verdad y dijiste que podía vivir en libertad, pero no
me dijiste poeta, que al amar y al besar se necesitaba también libertad. La madre tierra
me prohibe amar, me niega el placer de besar... ¿ Por qué, poeta, si yo soy libre como el
mar?".
"Niña, el Creador puso todas las cosas sobre la tierra y les dio libertad para crecer y
para multiplicarse, pero les instituyó un orden: amaos los unos a los otros. Y todos en
gloriosa armonía debe amarse entre sí, compartiendo el tiempo y el espacio porque es de
todos, conviviendo entre el fuego y el hielo porque es para todos. Pero ha sido, niña, el
mismo hombre el que ha prohibido amar. Te prohibió amar porque ya no tenía nada mas que
prohibir. Te negó la dulzura de una caricia porque el hombre mismo se la había negado. Y tu,
niña, debes perdonar al hombre que te prohibe amar, debes disculparlo porque no sabe amar,
porque te niega sus caricias dulces y porque pretende coartar tu libertad. El amor, niña,
está dentro de ti y sólo tu puedes darlo o negarlo a los demás. Un aviso de prohibición es
sólo un aviso y tu libertad es quien te permite escoger entre hacerlo o no. Perdona, niña,
a quien te prohibe amar."
"Yo lo perdono, poeta."
"Entonces, niña, ya estás amando. Ya nadie te prohibe amar."
Y niña y poeta juntaron sus manos y unieron sus almas. El sol alcanzó su más hermoso brillo
y cristalizó mar y firmamento. Las gaviotas danzaron al concierto sublime de las olas y la
palabra prohibido se hizo pedazos al estrellarse contra el muelle seguro e impasible que
desde un promontorio que se llama amor, contempla sereno la agitación constante del mar.
de la pluma de �ngela 9:14 p. m.
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